lunes, 6 de mayo de 2013

Eterno Viacrucis de Iztapalapa



 Una semana en Iztapalapa es más que suficiente pare reconocer fundamentalmente 3 cosas; primero que es una delegación con muchos problemas de pobreza, segundo la poca preocupación de poner botes de basura ante un evento de una magnitud importante y tercero que lo anterior no importa mientras haya viacrucis.

La última cena: la pobreza.

En primer lugar bien sabemos o al menos hemos oído hablar que Iztapalapa es una donde se concentra una parte importante de la pobreza en Iztapalapa, según datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) en el periodo comprendido de 2005 a 2010, esta delegación es la tercera más pobre, solo detrás de Milpa Alta que concentra a 49 mil 180 personas en situación de pobreza que es el 48.6% de la población de la delegación, después le sigue Tláhuac con 151 mil 715 equivalente al 38.5% de su población e Iztapalapa que concentra 727 mil 128 personas  pobres equivalente a 37.4% de su población total. Y precisamente este alto índice de pobreza genera constantes manifestaciones fuera de la delegación.

Un ejemplo de esto es la manifestación  de parte de un grupo de aproximadamente 50 personas conformado por vecinos de la colonia Pesquitas y vendedores del mercado del parque Cuitláhuac, se manifestaron el día martes 26 de marzo desde las siete de la mañana hasta la 1 de la tarde en una supuesta huelga de hambre  frente a el edifico principal de la delegación Iztapalapa, la demanda era por una parte, los vecinos de la colonia Pesquitas reclamaban la falta de mantenimiento de la escuela de su localidad, que según los vecinos señalaron tenía cerca de 30 años sin que la misma la actualizaran o renovarán, y por parte de los vendedores del parque Cuitláhuac era porque el jefe delegacional, Jesús Valencia, ya no les dejo vender en el parque siendo que esas fechas es su “época” de mayor venta.

Hablando con las autoridades, en específico con la secretaria de comunicación social de Iztapalapa nos señaló que este tipo de manifestaciones son frecuentes  en la delegación. Así es como las autoridades de la delegación viven diariamente, con manifestaciones, insultos, plantones e infinidad de conflictos por falta de atención a los habitantes de dicha delegación.

Y como no tener problemas de este tipo si Iztapalapa es la que concentra el mayor número de personas pobres, no importa si se sitúa en el tercer puesto, la realidad es que son 727mil 128 personas de 1 millón 815 mil 786 habitantes, es sin duda un importante número de personas pobres, donde cada día, cada habitante pobre o no, vive  posiblemente una de sus últimas cenas ante el poco amparo que ofrecen las autoridades de Iztapalapa.

El lavado de pies: la basura

Es viernes 29 de marzo, todos presto para ver y presenciar a lo que la mayoría de las personas les interesa: el viacrucis. Es temprano y la procesión inicia en la calle Aztecas, donde  días atrás, algunos vecinos de la zona pintaron sus casas de blanco en la parte superior y morado en la inferior además de darle una retocada a las banquetas, pasamos Aztecas y todo luce excepcionalmente tranquilo para la magnitud del evento que se esperaba, eso sí la cantidad de nazarenos es impresionante, no dejan de pasar, algunos con cruces más pesadas que la del mismo Jesús, aun así los nazarenos caminan junto a la procesión.  Pasamos a la calle 5 de mayo y los centro de hidratación se hacen presentes, dan bolsitas de agua a quién la pudiera necesitar, aquí esta lo intrigante, las personas después de tomárselas las tiraban al suelo, sin más, pero hasta ese momento la presencia de estas bolsitas tiradas a lo largo de la calle no era muy evidente, seguimos a la calle Toltecas, Cobos, y se hacen presentes algunas personas con bandejas de naranjas, igualmente las personas las tiraban al suelo pero como aún la cantidad de personas no era tan prominente no afectaba tanto la basura dejada.



Los minutos pasan y la procesión avanza y más y más personas se hacen presentes, es como a las 11:30 de la mañana cuando los centro de hidratación funcionan en realidad, desde la vuelta en “U” en la calle Hidalgo se empieza a notar que el número de personas aumento considerablemente, entre vecinos que observaban desde los techos de sus casas hasta la misma gente de prensa que se disponía a tomar fotografías, todos consumían aquellas bolsitas y mitades de naranjas pero ninguno se prestó a tirarla en otro lugar que no sea en la calle, a esa hora, donde la aglutinación de gente era ya evidente, la basura empezaba abundar, donde quiera que veías había basura, era como un rastro que la procesión dejaba a su paso.

Pero lo preocupante no era en sí la basura tirada en las calles, sino, la total ausencia de botes de basura o algún depósito improvisado para echar la basura, y para tal efecto los organizadores del viacrucis se limitaban a solo patear las cascaras de naranjas y las bolsitas de agua a un lado para evitar que los personajes o los nazarenos tropezaran con ellas.

Desde ahí nos lavaron los tenis, zapatos, zapatillas y en el caso de los nazarenos, los pies, el poco juguito de las cascaras de naranja y las bolsitas de agua que amablemente se repartieron la procesión.

Viacrucis: la fe

Bebe nazareno, el Viernes Santo.  Eduardo Soto
Son las dos y media de la tarde, después de un retraso de aproximadamente media hora el juicio a Jesús culmina y todos esperan ansiosos ver cómo sale de la Macroplaza hacia la calle Aztecas ahora ya con la cruz, pero este se retrasa y la gente empieza a desesperarse, todas las personas se ponen en las banquetas dejando libre la calle para los personajes y las personas de prensa, son las dos con 40 minutos y Jesús llega a la segunda caída, todos los fieles y las personas de prensa se pelean por el mejor lugar para presenciar lo que fuera la segunda caída de Jesús, esta surge sin mayores contratiempos más que uno que otro empujón.

La temperatura asciende y la fe hace que más y más personas se sumen a perseguir a Jesús a lo largo de su viacrucis, pero ahora más desesperadamente, ahora sí, los organizadores deciden actuar y no dejar pasar a “civiles” tan cerca a los escenarios y lo hicieron mediante los caballos, los Romanos, como si fueran microbuseros te lo echaban para que no pasaras.

Pero no fue sino hasta la cuarta caída donde la supuesta fe en un grupo de jóvenes, alrededor de 10, que empezaron a echar pleito a uno que otro romano, con lo cual la policía decide hacer una muralla humana de policías y romanos para no dejar pasar más que a los de prensa, las cosas se empezaron a violentar y todo ese acto de fe culmino con el impedimento de parte de los policías a las personas de pasar al cerro de la Estrella donde si hubo conflicto y algunos golpes.

En cuestión de segundos vemos como lo que pudiera ser un acto de fe y de benevolencia se transforma en un acto violento de parte de los policías y de las personas y jóvenes del lugar.

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