En México el deporte es un escape a la realidad en que vivimos diariamente, pero una cuestión realmente de valor es: ¿Por qué el deporte es mediocre?
Esta pregunta aunque suene demasiado recurrida es una de las mas difíciles de responder e incluso no se sabe si tiene respuesta, pero en resumidas cuentas nuestro deporte a nivel internacional ha demostrado y con gran ímpetu la mediocridad del deportista mexicano, aunque en entrevistas muchos de ellos lo atribuyen a la falta de apoyo por parte del gobierno, la falta de infraestructura, la corrupción en los altos mandos, de manejar una elite deportiva, entre otras cosas que resuenan mucho en la cabeza de los mexicanos espectadores de los eventos y noticias deportivas, pero ¿En realidad solo depende de eso?
Claramente esta dicho que no es el único factor influyente en los resultados, aunque a simple vista sean evidentes los factores, el hecho va más a fondo, pues si nos ponemos analizarnos a nosotros mismos en la vida cotidiana encontraremos que somos seres envidiosos, soberbios e inclusos celosos del triunfo de alguien que no sea allegado a nosotros y, si esto lo traducimos al deporte nos encontramos con la problemática mas fuerte en cuestión deportiva, somos egoístas y esto se ve reflejado en la falta de títulos o preseas en deportes de conjunto, somos soberbios pues nunca los deportistas aceptan que fue su culpa y, se empeñan en culpar al gobierno de todos sus males, aunque esta costumbre nos atañe a todos.
Esos factores hacen del deporte un mecanismo podrido, y solo florecen los que realmente tienen empeño en sus entrenamientos y no se parapetan en el gobierno, a decir verdad, el gobierno en parte tiene su culpa, pero aclaro no es totalmente culpable del fracaso deportivo mexicano, su parte es la falta de impulso e inversiones a instalaciones y, como el titulo de esta nota es una mediocridad subsidiada, pues el gobierno invierte mediocremente al deporte dando como resultados deportistas mediocres con aspiraciones medias, en medida que nuestra sociedad y el gobierno se impulsen mutuamente se darán mejores resultados, porque no se puede dar una sin la otra.
Así es como el gobierno y deportistas se engolosinan en echarse la pelotita de la culpa, pero en realidad los dos son culpables y solo nos faltaría echar mano de un tercero que son los medios de comunicación pues ellos se empeñan e señalar y difundir estas notas sensacionalistas con el afán del desprestigio y la venta de sus ejemplares.
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