miércoles, 3 de julio de 2013

La otra cara de la crítica


La caricatura es un retrato o representación humorística exagerada, su fin se concentra en la producción de efectos grotescos, llevando su concepto a ridiculizar situaciones de política, religión y  social, para estos casos suele tener sátira utilizando la viñeta, por lo tanto la caricatura es extensible a las exageraciones  tomando la descripción verbal.


Caricatura viene del italiano, y se basa en la metonimia que es  el resumen de la totalidad, sus raíces se encuentran en el Renacimiento a partir del siglo XVI con los artistas: Holbein, Brueghel el Viejo, el Bosco, los Carracci, Arcimboldo y, el más importante, Bernini, quienes practicaban formas de expresión artística adyacentes a lo caricaturesco.

Fue entonces en el siglo XVIII , cuando la caricatura es influenciada y completamente motivada por la idea político-filosófico, consecuencia de la conciencia librepensadora,  obteniendo  dibujos satíricos  en los personajes, principalmente en las  clase sociales o nacionalidades, teniendo como resultado estereotipos para poder conceptualizar la simbología como actitudes específicas, banderas, trajes, entre otros elementos significativos. Es por ello que el siglo XVIII está caracterizado por un dibujante de caricatura que se percata de las corrientes de opinión, comunica el descontento y en todo caso llega a sobrepasar las normas para ejercer su crítica.

Con base en la crítica esta da origen a la caricatura política que nace propiamente en Francia por las ilustraciones controvertidas de Napoleón III y Luis Felipe, para poner a juicio la credibilidad con respecto a la opinión pública, dichas ilustraciones fueron difundidas por la litografía que es un procedimiento de impresión para la obtención y duplicación de obras artísticas,  permitiendo así mismo  la fundación de periódicos ilustrados, consolidando a la caricatura como un oficio periodístico y a la prensa como el espacio mundial en el cual se encuentra en su más fértil cauce de expresión.

Otro ámbito importante se concentra en la caricatura literaria, realizada con palabras convertidas  en descripción que por supuesto deforman y exageran rasgos físicos o de carácter en el personaje, este tipo de caricatura se puede encontrar en obras de Cervantes, Alonso Jerónimo de Salas Barbadillo y Jenaro Prieto.


México en el siglo XIX se destaca por los caricaturistas como:  José Guadalupe Posada, Eduardo del Río, Constantino Escalante y los contemporáneos Miguel Covarrubias y Ángel Boligan, siendo caricatura política la protagonista en dicho país.

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