viernes, 7 de octubre de 2011

Del mercado a las aulas


En mi vida siempre he estado interactuando con un idioma coloquial propio y único de la ciudad de México.
 
Es así como aprendo sin querer el idioma culto del futuro, así lo describe Juan Palomar de Miguel, autor del diccionario de Mexicanismos, nos dice que las palabras, modismos, e incluso vocabularios existentes en el diccionario pero con significado diferente, construyen la nueva base del diccionario, cosa que es increíble, pues antes yo no consultaba el diccionario en busca de esas palabras, porque pensé solo eran coloquiales y por tanto no podían estar en el diccionario, pero con base a un antiguo análisis a la letra de la canción de la Chilanga Banda de Jaime López Camacho, me di cuenta que el chilango o el citadino dejó atrás ese idioma coloquial por uno formal, claro sin darse cuenta.
             
       Por consiguiente nosotros nunca hemos estado conformes con hablar correctamente, así es como surgen nuevas palabras, que en muchas ocasiones, no son más que apocopes, palabras del spanglish o simplemente es la manera en que se manifiesta la sociedad por regiones, cosa que nos deja con un vacío cultural, pues en ocasiones he tenido la necesidad de buscar ese tipo de regionalismos o palabras de este tipo, pero quedándome en las mismas al ver la ausencia de estas.
            
       Me queda claro que el diccionario nos sirve de mucho, y más habiendo una amplia gama de estos, como diccionarios de sinónimos, etimológicos, especializados, de idiomas, entre otros. Pero siempre dejando el fenómeno social de lado, pues en lo particular siempre me ha llamado la atención la forma de expresarnos, pero me desilusionó al ver que los significados de estas palabras en ocasiones no existen o significan otra cosa diferente a como se usan.

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