martes, 16 de septiembre de 2014

No sé ni quiero saber

Es un día en el que no sabes si hiciste las cosas bien, solo las hiciste y piensas "¿qué más da?, otro día lo corregiré y lo haré mejor" pero ese mismo día llegas con tu jefe, maestro, supervisor o cualquiera que vigile y evalué tu trabajo te dice "perfecto, hoy lo hiciste bien" y te desconciertas y no sabes qué hacer.

Al otro día repites la fórmula ganadora y te das cuenta que no dio resultado, los comentarios negativos se vuelcan contra ti y al igual que ayer no entiendes nada. Sabes que habrá más oportunidades y el deseo de agradar a tu jefe se vuelve una obsesión. Hoy te esfuerzas en tu trabajo, lo haces lo mejor posible y quedas satisfecho con el resultado, pero no es suficiente, es un trabajo inútil y mal hecho para quien supervisa. Te sientas, te desconciertas, sientes que todo esto es una estupidez...

La conversación con quienes tuvieron éxito hoy no te es grato y te apartas de esa gente, te vuelcas en un trago de cerveza y analizas que nada será suficiente, ni tu trabajo, ni ese vaso de cerveza, siempre vas a querer más, y aunque hoy ese vaso de cerveza es exquisito y tranquilizador, mañana será amargo y escandaloso en tu paladar. Pero la cerveza no hizo nada hoy por agradarte, ella fue siempre igual, la misma... fue autentica.

¡Esa es la respuesta!, ser autentico, es la clave de agradar, de desagradar, de ser deseado o repudiado por los demás. Ya no hay que compararse con la vara del otro, hay que medirse con nuestra propia escala, solo así podrás ser quien tu deseas ser, es la manera de sentirse en otro nivel, en otra vida, en la vida propia.

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