viernes, 19 de septiembre de 2014

Los ojos de la oscuridad

Es de noche, ya te has preparado para dormir, te acomodas en tu cama, apagas el televisor de tu recámara y te acuestas, te das cuenta que olvidaste apagar la luz y recuerdas que el apagador está a lado de tu cama, la apagas y te preparas para dormir.

No duermes inmediatamente, miras el techo, observas las formas que hacen la poca luz que entra de la calle, proveniente de un farol de la calle, y te quedas pensativo, sin darte cuenta, ahora estas en el sueño. Te dormiste, no sabes qué paso, ni tampoco si estás despierto. De pronto todo está oscuro, no está la luz que entraba del farol de la calle, no hay contacto a lado de tu cama, solo estás tú, tu televisor, un mueble donde pones tus cosas de trabajo y tu silla, como de oficina, en frente de tu cama. Te asustas, empiezas a ver como la oscuridad absorbe todo tu entorno, no ves nada, ahora todo se volvió más oscuro.

A lo lejos ves algo más oscuro, viene hacia ti, te mira, te asecha. Te espantas y buscas rápidamente pararte y encender la luz, pero no puedes moverte, el miedo te ha paralizado y solo eres dueño de tus sentidos, tu cuerpo te ha dejado de responder. Respiras y tratas de calmarte. Aterrizas en que todo es una pesadilla y que nada de eso está sucediendo. Te calmas, pero aún sigues viendo aquellas sombras que te acechan en la oscuridad, te da miedo pero no caes en pánico. Las sombras siguen ahí mirándote, ahora pueden tocarte y sientes la pesadez de sus manos en tus muslos, puedes ver sus ojos, ya dejaron de perderse en la oscuridad, se volvieron rojizos. Te da miedo de nuevo, la pesadilla es insoportable.

Ahora puedes moverte y lo intentas, giras de un lado a otro para safarte del agobio de la oscuridad que te acecha, no lo logras, la pesadez de sus manos sigue ahí y no puedes levantarte. Vez el contacto y prendes la luz. Todo se ha ido y deseas despertar para saber que nada de esto ha pasado. Despiertas y vez la luz prendida, tu puerta balanceandose y tu colcha como si alguien se hubiese sentado en ella. Respiras aceleradamente y dudas que aquello fue un sueño...

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