Hoy, mañana y siempre

Hay días en los que la suerte te sonríe y aveces hasta coquetea contigo, pero otros, solamente te da la espalda vilmente, te las cobra y claro, te las guarda para cuando sea necesario.

     Pero es que es necesario preguntarse, ¿por qué sufrimos por cosas materiales?, no importa que tengamos salud ese día, tampoco importa la familia, ni hijos ni nada, más que el problema con el auto, la pérdida de algunas monedas, etc. ¿Es tan importante como para dedicarle toda la atención a un solo problema?, quién dijo que esas cosas tenían que ser tan importantes en nuestra vida.

     Analizo de nuevo y veo, siento y pienso en cómo hemos llegado a tal grado de manipulación el cual ahora sufrimos por algún objeto que si está o no realemnte no importa, pero en ese momento sentimos que lo es todo. Esa es nuestra "voluntad" y la sociedad y el mundo te dice ¡Sí, sufre por ello, es lo que demuestra tu éxtio o fracaso en la vida! y en cierta parte eso ha sido como nos hemos tazado, como un cúmulo de objetos que flotan alrededor de un alma y que cada objeto "valioso" es un escalón al más alto prestigio social. Aunque en el fondo no seas más que ese cúmulo deforme.

     Es cierto, todos luchamos día a día por ser alguien, el problema es que todos lo hacemos de la misma forma, y es para cuestionarnos si eso es lo que queremos en la vida, triunfar como todos, sin destacar ni nada especial. Es algo alarmante saber que no tenemos nada en especial, que tú, él, ella y yo estamos buscando lo mismo para gozar de un mundo al que sólo representas un número. No somos especial y en eso nos hemos esmerado como sociedad, y claro, no propongo o insinúo que todos seamos unos descarriados sociales que matemos o robemos o cosas por el estilo, sino que hagamos las cosas por convicción, por el engrandecimiento personal interno, no externo, no un prestigio social ni mucho menos.

     Y como esperar un triunfo especial, si todos sufrimos por lo mismo, por cosas frívolas y tontas, como también lo representa el éxito. Sólo cosas frívolas y tontas representan ese éxito o fracaso, no hay más.